La película que revela el Cónclave
El hermetismo del Cónclave en pantalla grande
Cónclave, la película dirigida por Edward Berger y recientemente nominada al Oscar, ha sido aclamada por su retrato del proceso secreto mediante el cual los cardenales católicos eligen a un nuevo papa. Con un enfoque informativo y visualmente envolvente, se ha brindado al público una representación fiel, aunque dramatizada, de uno de los rituales más enigmáticos de la Iglesia católica.
Un retrato que ha sido elogiado por expertos
La producción ha sido reconocida por académicos y expertos en derecho canónico como una de las representaciones más precisas del cónclave papal. Kurt Martens, profesor de la Universidad Católica de América, destacó que la película fue «bastante acertada», aunque no sin licencias cinematográficas.
El filme se desarrolla tras la muerte de un papa ficticio y presenta a Ralph Fiennes como el cardenal Thomas Lawrence. Los rituales papales, las votaciones y la vida cotidiana dentro del Vaticano son retratados con minuciosidad. Incluyendo los momentos en los que los cardenales comparten comidas o reflexionan en sus habitaciones.
Rigurosidad litúrgica… con algunas excepciones
En cuanto a los rituales, muchos de los procedimientos mostrados —como las oraciones, la quema de papeletas y la señal del humo— son correctamente retratados. Se enfatiza el proceso por el cual los cardenales escriben el nombre de un candidato en una papeleta, la cual es luego ensartada con una aguja y quemada.
No obstante, se ha señalado que el uso de varios idiomas en la película no refleja la realidad, donde las ceremonias se llevan a cabo exclusivamente en latín o italiano.
El juego político dentro del Cónclave
La película también sugiere un panorama político estratégico. Aunque gran parte del proceso permanece inaccesible al público, se ha afirmado por expertos como Massimo Faggioli que los cardenales efectivamente se organizan, debaten y forman alianzas antes y durante el cónclave. Esto refleja una dimensión muy humana dentro de un entorno espiritual.
Un proceso que rara vez se extiende
La palabra cónclave proviene del latín cum clavis, que significa “encerrado con llave”, aludiendo al aislamiento al que son sometidos los cardenales hasta que se elige a un nuevo pontífice. Aunque la película muestra siete rondas de votación, históricamente el proceso ha durado solo entre dos y cuatro días.
Cónclave logra, en definitiva, combinar drama y precisión en su representación de uno de los eventos más reservados del Vaticano, ofreciendo al espectador una experiencia tan intrigante como educativa.