Justicia y memoria histórica
La matanza de Tlatelolco y su impacto
El 2 de octubre de 1968 sigue siendo una fecha que resuena en la memoria colectiva de México. A 56 años de la matanza de Tlatelolco, la sociedad mexicana continúa exigiendo justicia por uno de los episodios más oscuros de su historia reciente. Este día, marcado por la represión estudiantil, ha dejado una huella imborrable en el país. Cada año, miles de personas recuerdan este trágico evento mediante marchas y actos conmemorativos.
El contexto del movimiento estudiantil
Durante los años 60, movimientos estudiantiles surgieron en varias partes del mundo, inspirados por la demanda de cambios sociales y políticos. México no fue la excepción. La lucha interna se intensificó bajo el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, quien enfrentaba presiones tanto externas como internas. El 2 de octubre, estudiantes, amas de casa, obreros e intelectuales se reunieron en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, clamando por mayores libertades y cambios democráticos.
La represión en la Plaza de las Tres Culturas
Ese 2 de octubre, minutos antes de las seis de la tarde, bengalas lanzadas desde un helicóptero marcaron el inicio de la represión. Francotiradores del Batallón Olimpia abrieron fuego contra los manifestantes, provocando un caos en la plaza. Civiles, estudiantes y profesores buscaron refugio, pero muchos fueron sacados y asesinados.
El legado imborrable del 2 de octubre
A pesar de los esfuerzos por encubrir la magnitud de la tragedia, se estima que cientos de personas murieron ese día. Informes de la Fiscalía Especial en 2006 mencionan al menos 350 fallecidos, aunque el número exacto sigue siendo incierto. El 2 de octubre no se olvida, y cada año se honra la memoria de las víctimas, con la firme demanda de que se haga justicia y no se repita.
